Decía Paloma Esteban, conservadora de dibujo y grabado del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía: «en 1881 nacía en Málaga Pablo Picasso, el más creativo de los artistas del siglo XX. Todos los movimientos de vanguardia se vieron reflejados entre su gran producción, quizá la grandeza de este genio se base en haber sabido transformar la obra de arte en estado de ánimo, en haber logrado convertir la representación de la realidad en vivencia entre el espectador y el artista».
Así fue Picasso, un genio y uno de mis artistas preferidos, del que hoy va a tratar este nuevo post. En el año 1900, el pintor malagueño llega por primera vez a París. Allí respirará la atmósfera de los coloridos cafés-chantants que anteriormente habían inspirado a Toulouse-Lautrec, Degas y Manet, entre otros artistas. En este primer periodo parisino, Picasso se contagiará de este ambiente, algo que expresará en su obra a través de fuertes contrastes cromáticos y del decadentismo de sus trabajos como en «El Moulin de la Galette«.
La transformación de su obra, la Época Azul
La obra de Picasso sufre una gran transformación. Hasta tal punto que su gran amigo Jaime Sabartés, con quien estuvo en Barcelona, cuando llega seis meses más tarde a París y Picasso le pregunta qué piensa sobre sus nuevas composiciones le dice: «me acostumbraré».
Así, en otoño de 1900 comienza la «Época azul» de Picasso marcada por el suicidio de su amigo Carlos Casagemas. Su pintura en esta época se caracteriza por un alargamiento del canon, un tono melancólico de las figuras y la utilización de gamas cromáticas frías, desde azules hasta sombras que tendían a colores más verdosos.
En este periodo, el pintor no solo estuvo influenciado por este hecho, sino por situaciones decadentes que vivió, además de la pobreza que vio en Barcelona y experiencias con vagabundos y prostitutas. Es entonces cuando su paleta de colores se vuelve melancólica e intenta trasladar ese realismo dramático y esa soledad en sus composiciones.
Como ejemplos de los comienzos de esta época, encontramos las obras «Dos saltimbanquis» y «Arlequín pensativo». Ambas elaboradas en 1901, en las dos podemos ver el azul como la opción cromática dominante. Igualmente el Arlequín se muestra ausente y pensativo, y en «Dos saltimbanquis» ambos personajes están absortos en sus pensamientos, transmitiendo una atmósfera de soledad que Picasso acrecenta con el azul del fondo y de las copas, así como el del traje del Arlequín y de las sombras de las caras.
El alcohol en la pintura
Por otro lado, además de esa soledad que quiso transmitir en los trabajos de esta época, para el artista malagueño el alcohol también tuvo gran presencia en su obra. Picasso reflejó en sus cuadros los efectos del alcohol en las personas.
Se caracterizó por pintar personas tristes, con falta de expresión y miradas perdidas como en «La bebedora de absenta» (1901). Un cuadro que está a caballo entre las obras de su primera época y el periodo azul, como se puede ver en la distorsión de la figura tan alargada. En esta obra la soledad impregna el ambiente del café, la temática marginal inunda el cuadro. La protagonista probablemente era alcohólica. Es posible ver el sufrimiento de la bebedora en la tensión de su cuerpo y en su postura, abrazándose a si misma como si necesitara compañía, ya que lo único que le acompaña es la botella.
Otro ejemplo es «El bebedor de absenta» de 1903, un famoso cuadro de su Época Azul en el que retrata a su amigo y artista Ángel Fernández de Soto. Picasso pinta a su amigo bebiendo la bebida de moda de los artistas de la Belle Epoque, el absenta.
Por último, «Dos mujeres en la barra de un bar» (1902). Se observan dos personas de espaldas apesadumbradas y tristes, como si el cuerpo les pesara y tuvieran muchos problemas, los cuales están ahogando en el alcohol. Igualmente, la obra es de la época Época Azul de Picasso, siendo un cuadro con colores azules en su mayoría, excepto en algunas sombras más marrones.
En definitiva, para Picasso la melancolía y la soledad fueron temas protagonistas en los cuadros de sus primeras épocas. Sensaciones y situaciones reales y dramáticas que transmitió en sus composiciones a través del color y de símbolos como el alcohol.
Y para terminar os dejo las reproducciones que he ido haciendo de algunas de las obras aquí mencionadas, ¡espero que os gusten!